Mi blog...

Por fin me he decidido a crear mi propio blog. Fue un paso difícil, principalmente por razones de tiempo pero ya estoy en la red. La finalidad de este espacio es compartir mis escritos y hacer comentarios respecto de lo que quiero expresar.

Estimados Navegantes, espero disfruten la visita por "mi esquina literaria" que también tiene otros temas que pueden ser de su interés. Mis saludos.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Constanza

Ojos grandes y brillantes y de una alegría indescriptible. Manitas inquietas, carita redonda, frente lisa y libre de pensamientos negativos,  inocencia pura y luminosa. Felicidad en una personita, de estatura pequeña y de miembros blandos. Sonrisa cautivante y de risitas contagiosas. Creo que es mi hija. Y mientras se mueve y gorjea, enamora mi corazón una y otra vez.

La miro seria y ella se detiene. Observa mi rostro por un segundo y ríe sin razón aparente. No sé por qué le es tan gracioso verme con expresión confusa. Es como si supiese que con esa risita de bebé lograra romper el hielo que nos separa en ese instante. Intento resistirme pero caigo rendida, es su voz un destello de magia contra la que no puedo combatir.

“¿Pero quién eres?”, le pregunto. Ella se ríe más fuerte.
“¿Cómo es que apareces de la nada?”, ella mueve sus brazos insistentemente.
“¿Cómo te llamas?”, coloca sus manitas en mi cara, dibuja el contorno de mis labios con sus deditos minúsculos. Lo hace una y otra vez.
“Creo que te he visto antes”, le digo. Mientras ella vuelve a sacudir sus brazos y sus piernecitas gorjeando.

De pronto entra mi hermana a la habitación. La miro con expresión interrogante. Le cuento que estoy confundida, que anoche me acosté y me dormí y que ahora despierto y encuentro a esta personita junto a mí, moviéndose constantemente y con la que definitivamente no puedo conversar, porque no sé si me responde. Mi hermana me observa con cariño y me pregunta si sé quién es la niña. Le respondo que no sé por qué pero que tengo la certeza de que ella es mi hija.  Sin embargo, ¿cómo era eso posible?, me pregunté. No recuerdo el embarazo, ni su nacimiento, ni quien es su padre. Sólo sé que estaba ahí junto a mí esta mañana y que no puedo creer que me esté sucediendo tal bendición.

Mi hermana la toma en sus brazos. La bebé vuelve a gorjear feliz, pareciera saber que mi hermana es su tía. Ella la besa en el vientre y la pequeña suelta una carcajada. Me acerco para mirarla nuevamente, comprendiendo cada vez más que es mi hija. Ella me vuelve a mirar y sonríe. La tomo en mis brazos, mi hermana se queda a mi lado y me dice que  “Constanza”  sabe que soy su madre.  “Constanza”, repito… ese es su nombre. Miro a la pequeña y le pregunto: “¿y quién es tu padre?”, ella ríe y gorjea como burlándose de mi amnesia temporal.

Comienzo a mecerla instintivamente y ella bosteza. Se refriega los ojitos con sus manitas y se está quedando dormida. Trato de mantener los míos abiertos al máximo, no quiero cerrarlos porque tengo miedo que desaparezca. Ella es un pedacito de mí que me hace palpar la vida al máximo, prolongación de mi amor por alguien más a quién lamentablemente no puedo recordar, pero eso no me importa.  Ya nadie podrá decirme que no sé lo que es ser madre, que no puedo opinar porque no tengo hijos, que comprenderé mucho de lo que no entiendo cuando nazca mi primer bebé, etc. Constanza está ahí, durmiendo en mis brazos, descansando y sintiendo mi amor, ese que en unos minutos superada la confusión, comienza a emanar de mi piel a borbotones. Sale de mi pecho una luz blanca y brillante, la que se extiende hacia esta personita tan chiquita, envolviéndola y haciéndola sentirse acogida.  Mi pequeña yace dormida y no quiero alejarme nunca más de ella, sé que parece tan indefensa, pero sin duda es más fuerte y sabe mucho más que yo.

***************************************************************************************

El sonido del reloj me trajo de vuelta. Me he despertado y con tristeza me he dado cuenta que todo era un sueño. Fue inevitable llevar las manos a mi vientre y preguntar al universo por qué la he soñado.  Sonreí y me dije que tal vez era porque no faltaba mucho para poder tener a Constanza conmigo. Sin embargo, desde entonces la extraño con todo mi corazón.

FIN



*****************************************************
A las futuras madres y padres, con cariño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario