Soy una simple hoja. Voy y vengo sin
dirección. Las personas suelen pisarme
al pasar por la calle y a veces el viento se apiada de mí y me sube a lo más
alto para ayudarme a sentir mejor. Es que no es fácil que te pisen tanto y tan
seguido, sin embargo, hago lo mejor posible para no interponerme en sus
caminos. Lamentablemente, pese a mis
esfuerzos, la gente no es cuidadosa e invaden mi metro cuadrado... En mi caso,
mi centímetro cuadrado.
Solía estar en un árbol grande y frondoso, de
raíces fuertes y poderosas. Pero aún así, en esa altura desde donde todo lo
podía ver, no era suficiente para mí. Es
que en el fondo de mi corazoncito de hoja, yo sentía que había mucho más en mi
interior de lo que imaginaba. No me mal
interpreten, siempre he sido una hoja sencilla y valoro mucho la humildad en
cada ser vivo de este planeta. Pero esa
sensación de ser un alma vieja en una hojita pequeña era muy fuerte, no lo
cuestionaba.
En la rama donde nací, siempre me sentí a
gusto hasta cierta época. Cuando las
demás hojitas comenzaron a crecer y ser todas iguales, me di cuenta que yo no
lo era. Para mí las cosas tenían otros
tiempos, otros colores, otros sabores... Y por eso me llamaban la hoja roja de
la madre rama. No sé si por mi leve tinte de ese color o sólo por hacer
diferencias con las otras. Mis hermanas
eran verdes, frescas, plenamente claras en lo que sería su vida, su comienzo,
desarrollo y final. En mi caso, siempre
sentí que era mucho más lo que tenía por hacer.
Nunca conforme, siempre moviéndome y sintiéndome frustrada por no contar
con la facilidad de poder trasladarme de un lugar al otro en el mismo gran
árbol e incluso poder ir más allá.
Madre rama siempre me llamaba la atención,
diciéndome lo que una hojita podía o no hacer.
En mi caso era frustrante, sabía en el fondo de mi corazón que madre
rama me adoraba pero nunca pude sentir que me aceptara aún cuando no me
entendiera. Padre árbol siempre fue
distante, sin embargo, me permitía hacer todas mis travesuras de hojita nueva,
molestar a las chinitas, botar a las hermanas hormigas, jugar con las primas
arañas, etc. Madre rama siempre dijo: una hoja es una hoja desde que nace hasta
que muere. Padre árbol sonreía y movía todas las ramas con ayuda del viento.
Era su forma de hacer que madre rama tuviese el apoyo que necesitaba pero
también para demostrarnos que él era el pilar de la familia y que teníamos
mucho que aprender y respetar de ellos, nuestros padres.
El tiempo pasó y nunca comprendí por qué
necesitaba algo más para ser feliz, buscarme, encontrarme, potenciarme,
experimentar, aprender y enseñar. Fue
así que de pronto me solté de rama madre. Ya había madurado y me disponía a
caer. Rama madre lloró días por mi
partida, mis hermanas hojitas trataron de consolarla, pero ella no podía creer
que hubiese partido. Caí suavemente sobre la vereda y me dejé llevar por el
viento. Esperé y observé con atención, me gustaba este espíritu aventurero,
pero extrañaba mucho mi hábitat natural, aquel que había sido el único que había
conocido desde mi nacimiento. Saber que madre rama sufría por mi decisión me
hizo sentir culpable y acarreaba conmigo una tristeza difícil de contener. No
hubo lágrimas ni nada parecido de mi parte, sólo una reflexión constante
buscando alternativas para aliviar su dolor.
Sin embargo, el viento me ayudó elevándome siempre hacia ella y pasando
a verla constantemente. Rama madre sonreía al verme pero se entristecía cuando
tenía que partir. Fue un proceso difícil para ella, acostumbrada a tenerme a su
lado a mí y a mis hermanas, por quienes también sufría cuando partían.
Busqué mi camino, así sin dirección, me dejé
llevar por el viento y aún cuándo me enamoré de un esquivo helecho y la
relación no perduró, aprendí y seguí creciendo.
Una hoja adulta con experiencia cuesta creerlo, pisoteada pero no
destruida, aún las habemos por ahí
flotando y sintiendo que si bien es cierto no hay dirección, aún hay un norte,
aún hay anhelos y también sentimientos, soy una simple hoja... Pero tengo tanto
que contar.
FIN
*******************************************************
A todas las hojas que siguen volando y que continúan con el ciclo de la vida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario