Mi blog...

Por fin me he decidido a crear mi propio blog. Fue un paso difícil, principalmente por razones de tiempo pero ya estoy en la red. La finalidad de este espacio es compartir mis escritos y hacer comentarios respecto de lo que quiero expresar.

Estimados Navegantes, espero disfruten la visita por "mi esquina literaria" que también tiene otros temas que pueden ser de su interés. Mis saludos.


domingo, 7 de marzo de 2010

Entre vándalos

Me siento en la cuneta. Observo con dolor y pesar como el gentío corre de un extremo a otro. A mi lado hay una señora mayor que se lleva las manos a la cara en señal de confusión y comienza a llorar. Yo tampoco doy crédito a mis ojos.


– ¡Los pacos! grita uno ¡corran! y sale con unos cuadernos desde la bodega.

¡Tíralo, apúrate! grita otro a un hombre que sostiene una caja en la mano.

¡Ayúdame con el otro lado! apremia uno a su partner mientras tratan de llevarse un televisor grande.


Abrazo a mi hijo que me mira asustado.

Tranquilo Andrés, mamá está contigo mientras lo siento en mis piernas y lo arrullo.


A lo lejos veo el carro de la fuerza pública, apuntando su arma de fantasía acuática hacia la turba. La gente sigue aprovechando que la puerta está abierta y sacan todo lo que pueden. Unos vienen en auto, otros a pie, corren, entran y salen como enajenados. No les importa que la televisión los muestre a rostro descubierto. No hay vergüenza.


Entre las bombas lacrimógenas y el nauseabundo olor a agua podrida, sigo mirando a quienes fueron mis vecinos correr con artefactos eléctricos, ropa de marca e incluso vehículos abandonados. Tal parece que no tener una casa donde llevar todo eso ahora no es importante. Es como si el azote de la naturaleza les hubiese dejado en otra frecuencia, despertando el instinto básico de supervivencia o bien simplemente, dando chipe libre para liberar al potencial vándalo que muchos llevan dentro.


Andrés me mira y se queja.

Ya lo sé mijito, yo también tengo hambre y sin moverme de mi improvisado asiento, vuelvo a arrullarlo.


FIN