Mi blog...

Por fin me he decidido a crear mi propio blog. Fue un paso difícil, principalmente por razones de tiempo pero ya estoy en la red. La finalidad de este espacio es compartir mis escritos y hacer comentarios respecto de lo que quiero expresar.

Estimados Navegantes, espero disfruten la visita por "mi esquina literaria" que también tiene otros temas que pueden ser de su interés. Mis saludos.


lunes, 16 de diciembre de 2013

El viaje

Boca arriba observaba el techo de la habitación. Las grietas de pintura reseca en la madera dibujaban imágenes interesantes para él. Habían unas que parecían unos ojos observando su deterioro. Por meses le habían acompañado en su dolor físico por lo que ya eran viejos amigos.

Giró su cabeza y observó el cielo por la ventana. Que suerte que su cama estuviese en esa posición, la naturaleza invadía su alma con sólo respirar el aire fresco y ver el cielo azul. Su mujer lo sabía, por eso le había pedido a su hermano que trasladara la cama en esa posición, para que pudiese disfrutar de los rayos del sol y de la luz natural.

Trató de mover con su mano la cortina pero no le fue posible. Su cansado cuerpo ya no obedecía sus deseos, por lo que perdió la batalla. Suspiró profundo y se dijo que no importaba ya. En cualquier momento ella vendría como todas las mañanas a saludarle y traerle su alimento. El creía que esta vez no sería tan fácil, podía sentir su garganta seca e inerte, ya no parecía haber muchas energías en su cuerpo para algo tan simple.

Cáncer, le habían dicho en la consulta del doctor y eso cambió su vida. Sabía que iría lentamente sucumbiendo ante lo que eso significaba, sin embargo como buen estudioso de las ciencias milenarias y de terapias complementarias había estado cuidando su ph interno, porque le interesaba más tener calidad de vida que sufrimiento por incrementar su permanencia en esta dimensión. Su mujer lo había apoyado valientemente, pero él sabía que ella lloraba a sus espaldas para no preocuparle y hacerle sentir culpable por su decisión. Hizo cambios radicales, ya no atendía a sus pacientes en la ciudad, ellos iban a verle a su consulta en Pirque. Era un excelente médico en medicina China, con conocimientos de raja yoga, espinología y medicina Ayurveda. También hacía clases en la escuela de Medicina China en el sur del país y todas sus actividades le traían grandes satisfacciones. Ahora postrado en su cama solo pensaba en lo mucho que le hubiese gustado estar sano para seguir viendo a sus pacientes. Ellos eran todo un mundo a descubrir para él y los extrañaba, más que a ellos mismos, independiente del cariño que les tenía,  extrañaba sentirse él como un instrumento de sanación.

Abrió sus ojos y ella estaba ahí. Le estaba limpiando el rostro como todas las mañanas. Le trato de sonreír pero le dolía todo y sólo pudo dibujar media sonrisa. Ella se detuvo le besó la frente y luego de decirle "buenos días mi amor", continuó con su labor.

Habían tenido una bella vida juntos, no habría podido escoger mejor compañera que ella. Lo supo desde aquel día que ella, aún siendo ambos estudiantes, le había rebatido una opinión médica en un grupo de estudio. Su carácter y la suavidad con que le dijo a él que estaba equivocado lo habían enamorado de inmediato.  El sol jugó un factor importante en ese momento, caía sobre sus cabellos los que brillaban aún más y resaltaban su belleza natural. Se habían casado al año de conocerse y desde ahí nunca se habían separado.  No tuvieron hijos pero si muchos alumnos, los que parecían haber adoptado con mucha naturalidad. Eran visitados constantemente por ellos en los años más prósperos de su vida. Ahora muchos de ellos se encontraban en el extranjero perfeccionándose o viviendo fuera de la ciudad, pero aún le llamaban para saber de su estado de salud y para enviarle buenas vibras.  Se sentía querido y eso lo valoraba mucho.

De pronto volvió a cerrar sus ojos, pensaba en las manos de su mujer que seguía aseándolo con delicadeza y devoción. Se vio a sí mismo colocando agujitas en sus pacientes. En cómo les decía que se relajaran y dejaran que la terapia hiciera su trabajo. En cómo salía de la habitación y como entraba en ella para traerlos de vuelta. Pensaba en las fichas de sus pacientes, en su consulta de la ciudad, en sus clases, en los labios de su mujer, en su voz, en que el era una luz y que empezaba a flotar...

Respiró profundo, abrió los ojos y le llamó con la mirada. Ella se detuvo y supo que él quería decirle algo... Sabía que era importante así que puso toda su atención. El murmuró algo una y otra vez hasta que ella logró entender el mensaje.  Acarició su rostro y besó sus labios. El respiró pesadamente y dijo otra vez: "hasta la próxima mi amor".

Entonces las imágenes comenzaron a volverse borrosas, no distinguía ya el rostro de su mujer, pero la podía sentir frente a él. Se volvió energía,  liviano, volátil y ya no sentía el peso del cuerpo estancándolo.   Se elevaba con suavidad y rapidez y tomaba una dirección que  le parecía familiar pero que no recordaba con exactitud. Comenzaba así el viaje esperado, donde no había dolor, ni enfermedad, ni invalidez. Sólo libertad y un mundo lleno de nuevas posibilidades.

FIN

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a Antonio, con mucho cariño.